Hoy en día se consideran estas conductas como saludables siempre y cuando no sea la vía exclusiva para la obtención de placer y en su realización no se dañe a la otra(s) persona(s) y a uno mismo. Incluso se puede afirmar que en la mayor parte de las relaciones sexuales se incorporan diferentes componentes de las conductas que a continuación describimos.

Exhibicionismo
Conducta que consiste en mostrar los órganos genitales u otras partes del cuerpo consideradas como eróticas a otras personas sin su consentimiento y con el fin de obtener placer sexual. Consiste en obtener placer no tanto por la actividad que se realiza como por ser vistos por otras personas. De acuerdo a lo comentado anteriormente sobre la incorporación de determinados elementos exhibicionistas a las relaciones sexuales, comportamientos como el streaptease e incluso algunas modas tienen estos componentes, por el placer que supone desnudarse delante de otra persona con su consentimiento o enseñar determinadas partes del cuerpo como por ejemplo el ombligo.
Voyeurismo
Consiste en la práctica contraria a la anteriormente citada. Aquella persona que disfruta observando a una persona desnuda u observando relaciones sexuales entre otras personas sin su consentimiento, siendo ésta la única vía de obtención de placer sexual. Otros comportamientos voyeuristas serían el ver películas eróticas o pornográficas, espectáculos de streap-tease, mirar revistas,…
Fetichismo
Necesidad de un elemento determinado para que aparezca la excitación sexual. El elemento suele ser inanimado tales como bragas, zapatos, calzoncillos,… Cierto grado de fetichismo aparecería en comportamientos como portar amuletos de otras personas o vestirse con prendas de otros/as por la atracción que se siente por ellos/as.
Sadismo
Obtención de satisfacción sexual a partir del daño físico o psíquico infringido a otra persona. Muchas conductas sexuales tienen componentes sádicos tales como los mordiscos, pellizcos, pequeñas peleas,…
Masoquismo
Es lo contrario del sadismo, es decir, la obtención de placer a partir del daño que otra persona infringe a la persona que disfruta. Los ejemplos más cotidianos son los mismos que los señalados en el apartado anterior. El sadismo y el masoquismo suelen ir unidos en las relaciones sexuales.
Travestismo
Esta variación de la conducta supone el vestirse con ropas y adquirir una presencia física atribuida al otro género, obteniendo con ello satisfacción sexual. Una persona travestida no tiene porque ser homosexual y se identificará con su sexo biológico. Esta es la diferencia con las personas transexuales que no se identifican con su sexo biológico, es decir una persona de sexo masculina se siente mujer o viceversa.
Como hemos visto muchas de estas conductas están en cierto modo incorporadas habitualmente a las relaciones sexuales. No hablaremos de desviación o de patología excepto en aquellos casos que la satisfacción sexual sea única o con aquellos comportamientos que infrinjan daño físico o psicológico a otras personas o a un@ mism@, como cuando ocurre cuando se realizan sin el consentimiento de alguna de las dos partes implicadas.
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