Ella no podía adivinar por cuál zona de su cuerpo él iba a pasear sus labios. Para este encuentro, ellos habían decidido dejarlo todo al azar y experimentar. Amarse como dos ciegos, despertando en el otro la expectativa de qué sabor y qué intensidad tendría la próxima acometida amorosa, sin verla, solo sintiéndola. Con los ojos vendados, todo estaba planeado para dejar que el deseo decidiera.
BLIND
Pero el 'blind sex' o 'sexo a ciegas', como se denomina a esta práctica, no es algo que se deje completamente a la improvisación. Si dicen que amar es un arte, la intimidad también lo es y el sexo a ciegas tiene una serie de recomendaciones para lograr que el placer sea de dos.
NUEVAS CONEXIONES
Cuando hacemos algo con los ojos cerrados, el cerebro se ve forzado a crear nuevas conexiones o a reorganizarlas para utilizar otros sentidos. Uno de ellos es el oído.
En esta situación, en la intimidad y con los ojos vendados, el poder de un susurro, un gemido o simplemente respirar en la oreja en la nuca de tu pareja puede generarle altos niveles de placer.
Si, por ejemplo, deciden que ambos tendrán los ojos vendados durante el encuentro amoroso, tú puedes enfocarte solo en la respiración de tu pareja para intuir su proceso gradual de excitación.
Otro sentido que queda a merced de los amantes cuando los ojos no cuentan, es el tacto.
Si solo uno está vendado, el otro puede jugar a besar o acariciar a su pareja en lugares imprevisibles. En esta situación resalta, más que lo erótico, la ternura. Los abrazos y caricias mezcladas con excitación sexual te darán más de una experiencia placentera, sin contar con que las caricias refuerzan totalmente el sistema inmunológico.
Ahora bien, el gusto es un sentido que muchas veces queda relegado en la intimidad, pero que con los ojos cerrados adquiere otra dimensión. Desde usar frutas, chocolate o chantilly hasta simplemente disfrutar del sabor de la piel de tu pareja, el gusto ofrece opciones interminables. Por ejemplo, los expertos aseguran que la piel debajo del brazo es de sabor más salado y que la zona baja de la espalda es más dulce. Es de recordar que nuestro 'sabor propio' depende de nuestra dieta.
Las frutas y verduras nos dotan de una transpiración más liviana. Cuestión de probar.
Finalmente, el sexo y el sentido del olfato, aunque no parezca, van de la mano. No hay momento de mayor intimidad que aquél en que sientes y reconoces el olor del otro. Su perfume personal que puede ir acompañado de algún aceite o aroma que haga más interesante el encuentro. ¿Te animas?
CLAVES
Un tip interesante es usar aceites esenciales en diferentes zonas de tu cuerpo y proponerle que él o ella adivine dónde está cada aroma.
Para excitar con el tacto, puedes arañar o estimular ciertas zonas, como la nuca o la oreja, con una pluma.
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