Razones científicas afirman que tener sexo es una forma viable para que las personas mantengan el buen ánimo y el físico.
Las relaciones sexuales no solo aportan placer, si no que también son una forma de mantener buena salud y evitar el mal humor, sensibilidad y hasta la tristeza.
Incluso, muchas personas pueden pensar que el sexo en una forma de mentener la salud y garantizar la comunicación y complicidad en la pareja y la falta de sexo puede, incluso, volver a una persona más hostil.
El sexo favorece la liberación de endorfinas, que nos ayudan a sentirnos mucho más felices y satisfechos. Por eso cuando tenemos una vida sexual poco satisfactoria somos más propensos a padecer de depresión e irritabilidad.
Además, las personas que no practican sexo con frecuencia tienen mayor tendencia a sufrir de insomnio y a descansar mal, ya que un buen encuentro sexual provoca inmensas ganas de dormir.
También, la falta de intimidad puede aumentar el riesgo de padecer de problemas cardíacos si la persona no practica actividad física. Y es que en muchos casos el sexo es el único ejercicio que algunas personas hacen, por lo que su ausencia la salud cardiovascular podría desmejorar.
En parejas que por algún motivo no tienen sexo con frecuencia, los problemas de comunicación y la hostilidad se presentan con mucha más frecuencia. Esto ocurre porque el sexo ayuda a liberar oxitocinas que nos hace sentir mucho más próximos y cercanos a nuestra pareja, sin él nos privamos de este interesante componente que hace más fácil la convivencia. La inseguridad es otro de los problemas de la falta de sexo, que poco a poco va minando nuestra autoestima y afectando nuestras relaciones personales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario